lunes, 11 de agosto de 2014

Tormentas de verano.

No sé qué me pasa últimamente.

No sé porque ya no sonrío como antes, porque no abrazo como lo hacía. Ya ni me sale escribir historias, ya sean tristes o alegres. No me sale tirarme en el suelo a jugar con mi hermana, ni llorar de alegría. Casi ni recuerdo lo que es bailar sin preocupaciones.

He olvidado como hacer muchas cosas.
Como preparar un té en su punto, ni dulce ni amargo. Olvidé que era vestir a tu muñeca preferida y pasearla por Santander. Estoy empezando a olvidar qué es ser una superheroína para lo más bonito que tengo. No recuerdo cómo me complicaba la vida con quince años, ni el camino que seguí desde entonces para llegar hasta aquí. Creo pensar que la esperanza está perdida, que también la he olvidado por algún sitio.

Tengo miedo a caerme, porque no sé qué hay en el fondo del mar. No me acuerdo ni por dónde ando, que ni sé si vivo o estoy muerta en otro sitio.
Creo que con el paso de los años me estoy haciendo más cruel y olvidadiza. Se me ha olvidad hasta cómo debo remendar un corazón roto o cómo capturar los momentos de mi vida para hacer una película en la que sea la protagonista.

Me estoy creyendo que ya no soy una aprendiz de nada, porque no soy capaz ni de entender, ni de aprender y, por supuesto, ya olvidé cómo enseñaba.


Estoy perdiéndome, me dicen, y ni si quiera sé por qué.

No hay comentarios:

Publicar un comentario