domingo, 17 de junio de 2012

Ya no habrá más mordiscos en tu cuello.

Miro al Sol desde mi ventana con alguna red social de moda abierta. Oigo pasos por la escalera y como soy tan cotilla voy a mirar. Quién será, me pregunto. Era domingo, once de la mañana y nadie estaba en casa. Bueno estoy yo, porque tengo, o se supone que tengo, que estudiar. Corro a mirar por la mirilla y veo que es un repartidor de flores. llama a la puerta de enfrente -donde vive una tal Sheila, creo- y la entrega un ramo de flores. Parece ser que son de un tal David -de esto no me enteré mucho- y decía que la quería mucho y que estaba encantado de que jugara con él al amor. En ese momento morí, me recordó a...

·Hace un par de semanas, en algún sitio remoto del planeta...
-Hahaha -reía ella- como te quiero.
-Y yo a ti, mi vida -respondió el.
Se fundieron en un mágico abrazo y al separarse se dieron un tierno beso.
-Qué día más bonito hace -dijo ella como una tonta mirando el cielo.
-No sería así si tú no estuvieras aquí conmigo -contestó el, haciendo sonrojar a la chica de su derecha.
-Qué dices, si voy en vaqueros y en una sudadera tuya. Voy de todo menos guapa.
-Tú siempre estás guapa. Incluso cuando te caes eres guapa.
-Sí, sobretodo cuando me caigo. Anda, cállate.
De repente apareció una de sus ex-novias, ahora su mejor amiga, a la que fue corriendo a dar un abrazo. La estúpida de ella al darse cuenta de que su novia estaba allí presente le dio al chico un beso muy cerca de la comisura de los labios. La chica de la sudadera que estaba en el banco se dio por aludida y se levantó:
-Cuidado cariño, no vayas tocando lo que no te corresponde -dijo algo alterada.
La otra, que iba de punta en blanco la soltó con su voz chillona:
-Mucho te tienes que calla, niñata, que tu novio te está poniendo los cuernos conmigo y tú ni cuenta te das. -dirigió una mirada al chico que empezó a sonreír y se besó apasionadamente con la chica perfecta que tenía delante. La miraron ambos de manera despectiva y él la chilló:
-¡Estaba contigo porque tenías dinero, capulla! ¡Eres una puta freak de mierda!

·Presente:
Me agaché, resbalando por la puerta a llorar en el suelo y me dije a mí misma:
"Ahí te diste cuenta de la farsa, de que los te quieros eran simples improvisaciones, de que no quería estar contigo, le avergonzabas. Porque, por lo que se ve el amor siempre le busca tres pies al gato. Siempre tiene que salir alguien perdiendo en este juego y el que más espera es el que más pierde. Pero tú, capullo, volviste a jugar con tan mala, o buena, suerte que tú perdiste. Quisiste volver conmigo. Yo me negué. No iba a resultar un pañuelo de lágrimas de alguien por quién yo había gastado tantos. Eso te pasa por cometer errores pero por si no lo sabías este juego es acumulativo y por cada acción que hiciste, haces o harás habrá una reacción igual y en sentido contrario. Todo repercute en este tablero, donde todos hemos jugado alguna vez."

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